24 de marzo de 2010
Cuando el planeta se está quedando sin minerales, Argentina es señalada desde hace algunos años, como uno de los destinos más tentadores del sector minero. Las inversiones en el sector de la minería - principalmente de capital externo - han crecido enormemente.
Pero los promotores de las inversiones mineras escamotean a la sociedad el análisis sobre el carácter dañino de la industria minera desde el punto de vista ambiental. La tecnología a utilizar – la de minería a cielo abierto- es altamente peligrosa: entre otras cosas, deja residuos contaminados de cianuro, destruye montañas, desvía el curso de ríos e implica el uso indiscriminado del agua de los glaciares.
Por Julio C. Gambina Antonio Lizuain y Sergio Papi (Foto: Conciencia Solidaria)
El video es parte de una entrevista a Julio Gambina de ATTAC Argentina, sobre cómo actúa la minería (El artículo continúa debajo del video)
En los años noventa se concretaron en Argentina varias reformas sustanciales al Código de Minería. Estos cambios permitieron el despliegue de una actividad económica transnacionalizada con importantes ganancias remitidas al exterior y que favorecieron - corrupción mediante - los intereses de burocracias políticas asentadas en las provincias mineras. Son reformas que transforman a la minería en uno de los sectores más favorecidos en el trato impositivo y con ventajas para el capital externo sobre las empresas locales del ramo. Mientras las empresas extranjeras del sector minero no pagan los Derechos de Importación para insumos y equipos; la tasa de Estadística; el impuesto a los débitos y créditos bancarios; a los Activos; a las Ganancias; el impuesto Inmobiliario; al valor Agregado (IVA); las tasas Municipales y el impuesto de Sellos; los productores locales deben abonarlos.
La técnica empleada por estas empresas para extraer minerales, es la de extracción a cielo abierto. Esta técnica trae aparejada verdaderos desastres ecológicos. Hay experiencias de emprendimientos con cianuro que han dejado residuos contaminados hasta 50 años después de terminada la explotación. Adicionalmente, la gran cantidad de agua que requiere puede producir una crisis en este sentido, como ya es el caso de otras poblaciones patagónicas. Estas previsibles consecuencias han generado un movimiento de protesta y resistencia en varias de las principales provincias en que se asientan las empresas mineras, especialmente destacada es la lucha del pueblo de Esquel en Chubut contra la canadiense Meridien Gold; en San Juan contra la Barrick Gold también de Canadá; en La Rioja por la explotación del cerro Famatima, y en Catamarca por el emprendimiento de Bajo la Alumbrera y en otras ciudades por emprendimientos en el cordón cordillerano.
Lo más grave: el oro
Lo más grave está dado por la contaminación derivada del tratamiento de los minerales como el llamado proceso de lixiviación del oro. En nuestro país se realizan a través de lo que se denomina “explotación a cielo abierto”. Este tipo de procedimientos categorizado por Javier Rodríguez Pardo como “perverso método de contaminación, explotación y saqueo” implica la utilización de un cóctel de sustancias químicas entre las que se utilizan grandes cantidades de cianuro de sodio para el tratamiento del oro, sustancia química que en determinadas cantidades resulta letal al contacto humano. Lo fundamental para las compañías es atrapar el mineral sin importarle secar acuíferos, desviar ríos, destruir glaciares y volar montañas con promiscuidad dinamitera a cielo abierto. El método no se caracteriza por mantener normas industriales de desarrollo sostenible ni por remediar el daño producido.
Existe una razón fundamental para seguir adelante con este tipo de procedimiento y es que el planeta se está quedando sin minerales. Cada vez ocupan un menor lugar en esta industria la llamada minería tradicional, la minería vetiforme, aquella minería sustentable en términos medioambientales. Por lo tanto las compañías en su sed de devorar los recursos naturales restantes van a la búsqueda de los minerales de baja ley que se encuentran diseminados en grandes extensiones y para lo cual se hacen añicos montañas enteras.
Pero quizá el principal problema no sólo para nuestro país sino para la región en sí es el agua, bien escaso que debería ser utilizado con consciencia y que resulta un insumo estratégico para los emprendimientos a cielo abierto en función de las cantidades utilizadas. Es necesaria tanta cantidad de agua para el proceso de lixiviación del oro que estos cuerpos de hielo se convierten en el candidato natural para aportar este insumo vital para la producción. Lamentablemente esta catástrofe ambiental que se avecina ya comenzó a dar sus primeros indicios. Ya existen regiones con estrés hídrico en la zona de Neuquén.
Proyectos mineros en el país
Hasta el 2008 hay en proceso de desarrollo 200 proyectos ó prospectos que se encuentra en diferentes etapas de desarrollo, desde la prospección y exploración hasta la producción.
Cabe destacar que 152 de los proyectos corresponden a yacimientos con presencia mayoritaria de oro, plata y cobre. Del total de los proyectos la mayor parte pertenecen a empresas canadienses y en mucho menor medida a empresas de otros países.
El impacto ambiental, la contaminación, está en relación directa a la rentabilidad de las empresas mineras. Se utilizan metodologías de extracción altamente contaminantes ya que permiten mayor recuperación de los metales extraídos y tienen menor costo que intentar con otras de menor peligro de contaminación pero con mayores costos y menor recuperación de metales. El objetivo es la altísima rentabilidad, al punto que ni siquiera se publicita si las empresas invierten en investigación y desarrollo de tecnologías mas limpias.